viernes, 27 de noviembre de 2009

SIN NOMBRE



En una ocasión, el Roshi Shunryu Suzuki envió a un enérgico pero orgulloso estudiante del San Francisco Zen Center a un monasterio cercano a Kyoto. Allí lo hicieron sentarse al otro lado del muro y, al cabo de cinco días, lo llamaron para hacerle una entrevista. El maestro le entregó un papel y un lápiz: --Escribe tu nombre--. El estudiante hizo lo que le dijeron y devolvió el papel. El maestro lo examinó. --Por favor, continúa meditando--. Cinco días más tarde, volvieron a llamarlo: --Escribe tu nombre--. El estudiante escribió su nombre y fue enviado fuera de nuevo. Pasó el decimoprimero día, el decimosegundo... Y todo siguió igual. Pero el decimotercer día, el maestro zen volvió a pedir al joven norteamericano que escribiese su nombre. Éste cogió el lápiz, lo apoyó sobre el papel, se detuvo, miró hacia arriba, miró de nuevo hacia abajo y, finalmente, miró al profesor: -- No puedo. No sé cómo hacerlo--. -- Bien. Ya estás preparado para entrar. --



Fuente;
El rayo y el trueno, Pasión y oficio de escribir de Natalie Goldberg

2 comentarios:

Isadora dijo...

Me gusta tu blog.
Un saludo.

conozente dijo...

Gracias por tu comentario.El merito de este blog es a partes iguales de pekeñavista y conozente.Un saludo.