viernes, 26 de diciembre de 2008

REIRSE


Reírse es un acto natural, a veces forzado, que solemos realizar los humanos con mayor o menor asiduidad. Reírse de, suele ser lo más habitual, y nos reímos de otros, de tal o cual circunstancia siendo incluso a veces crueles e injustos.

Todos solemos “caer en este digamos vicio, defecto o práctica y lo que no nos gusta para nada es que se rían de nosotros; entonces se nos tuerce el gesto y nos enfadamos.

Reírse de uno mismo es sano, pero no siempre es interpretado correctamente por los demás, que a su vez se ríe de ti y dicen “mira que payaso”.

Reírse con, es bonito, es reírte sin hacerlo en soledad, haciendo partícipe a otro u otros pero sí es a costa de las desgracias de un tercero no es muy sano que digamos.

Reírse para o por, suena a hacerlo con un fin, claro y explícito ya sea para descargar tensiones, o como una obligación o un deber impuesto o auto-impuesto o sea no natural.

Reírse sin, es a veces lo que hacemos sin gracia ninguna, sólo para nosotros mientras los demás nos tienen compasión o simplemente desean que acabemos.

Reírse cuando alguien se cae, es instintivo y cruel pero es una acción en la que solemos incurrir y a todos nos ha pasado ya sea pasivamente o activamente. Sólo veo sano reírse de uno mismo, aunque no te comprendan o no te respeten, o te vean como un loco o un gilipollas, sí tu eres feliz has ganado la batalla y la guerra de tu libertad.

Reírse es parte del ser humano, el problema está siempre sí es a costa de alguien o de algo pero si se tiene la misma “manga ancha” para aceptar que se rían de ti los demás yo no lo veo mal, pero no quieras siempre que “lo ancho del embudo sea para ti y lo estrecho para los demás”.

Reírse desde, implica una posición y tan injusta es cuando es desde arriba (alguien que se cree superior, ya sea porque ocupa un puesto en el trabajo o es de una condición social más acomodada y rica) como cuando es desde abajo y es más un acto de venganza del que quiere pero no puede estar en la posición del que crítica.

Reírse por no llorar, no me vale, es un consuelo, es hacerlo de manera lacónica, como diciendo que voy a hacer sino y pierde toda su gracia y razón de ser. Es una frase hecha, es en definitiva un "no hay nada más que hacer".

Reírse sin más, porque nos lo han dicho, por querer dar a entender que nos hace gracia lo que nos han contado, es estúpido y no es sincero.

Reírse con los demás, pero no de una tercera o cuarta persona que esté o no presente, sino de las cosas sin más, sin malicia, de nosotros mismos, de lo estúpido que puede llegar a ser el ser humano y lo maravilloso de esas estupideces cuando su trascendencia no va más allá de la mera risa, sin perjuicio a terceros ni a los presentes, a las cosas o a las circunstancias.

Reírse como ejercicio, es triste porque si necesitas recurrir a ello, tienes serios problemas en tu vida.

Reírse solo, cuando siempre estas así, es triste pues tu risa no es compartida con la de los otros.

Reírse de uno mismo es ser inteligente, es aceptar que uno tiene muchos defectos y sin embargo es capaz de seguir adelante y sobrevivir con una sonrisa. Es no tomarse demasiado en serio, prolongar la salud y mejorar la calidad de vida. Es permitirse equivocarse, disfrutar incluso cuando uno hace el ridículo, (palabra cuyo sentido trágico se pierde cuando nosotros somos los primeros que nos reímos de nosotros mismos).

Reírse de uno mismo es estar vivo y permitir que los demás vivan y se sientan vivos a tu alrededor, con tu contacto con ellos.

Reírse de todo cuando es “sin ton ni son” no es inteligente sino estúpido pero ser capaz de reírse con casi cualquier cosa que no menoscabe a los demás ni los menosprecie, ni cause un daño es disfrutar de la vida.

Reírse cuando nadie te ve, indica picardía, maldad, incluso puede que timidez.

Reírse de los demás es ser un necio, que no ve más allá de sus narices, cuando tiene tanto que callar y preocuparse de sí mismo y de su estupidez. Tener sentido del humor, ironía, es esencial para poder sobrevivir en este mundo de locos paranoicos, donde el trabajo, el estrés, la familia, las deudas, los mil y un problemas que tenemos no nos dejan disfrutar de nuestra corta o larga vida aquí en la tierra.

Riamos pues sanamente, sin hacer daño, de nosotros mismos, no de los demás sino con ellos, salvo que ellos nos permitan reírnos de sus cosas, riamos y seamos felices pues no sabemos cuándo finalizara nuestra vida ni las penalidades que nos tocara vivir.

ConoZente

2 comentarios:

CENTRO DE DESARROLLO FAMILIAR Y SOCIAL dijo...

Buen çartículo, claro y directo. Al final la mejor terapia es reir. Felicitaciones

conozente dijo...

En primer lugar lugar te pido disculpas por la tardanza en contestar,no habia visto el comentario y gracias por expresar tu opinión.Un saludo.